JACK
Mis días sueles ser iguales; despertar, hacer el desayuno, bañarme y encontrarme con la pareja de Akel. Sí, encontrarme con su pareja de turno.
- Hola –me dice desde el mueble una voz rasposa- tú debes ser Jack
- Sí… -respondo sin ver sus ojos- ¿tú?
- Solo un amigo de Akel
- Ya veo –algo me molesta, más bien me inquieta… su voz me da nauseas
- Hueles delicioso… -me susurra al oído
- ¡MIERDA! –tire el vaso, lo tengo a mi espalda. Siento su respiración, su lengua está cerca… lo sé
- ¡LAAAARGATE! –Akel gruñía- ¡AHORA!
Akel había desplegado sus alas, eran enormes, no podían estirarse a su totalidad en la sala. El hombre, que ahora podía ver con claridad, saco su enorme lengua y me la restregó en la cara. No era un ángel, ni un demonio que viera antes, ¿qué mierda había traído Akel?
- ¡Lárgate Jack! –me tiro mi bolso- ¡Ahora!
Me escabullí por debajo de su brazo y no termine de ponerme los zapatos hasta llegar a la escalera del edificio. Cuando Akel me gritaba de esa forma sé que debo correr sin preguntar, sin mirar.
- Desde que llegaste estás con esa cara, ¿algo pasó?
Estaba preocupando a Ro, mi mejor amigo. Nos conocimos en secundaria y seguimos juntos en la universidad. Nuestro carácter es compatible y esa es la razón principal de nuestra amistad; amamos el silencio y respetamos la vida del otro.
Sé que si no le respondo ahora, no volverá a preguntar.
- Ok –se rinde- no preguntaré.
- Gracias
Escuchamos el resto de la clase en silencio hasta el almuerzo que recibo un mensaje
“no vuelvas hoy. Pasaré por ti, esperame. Yo te contacto. ¡NO VENGAS!” – akel
¿qué había pasado? Jamás se ponía en ese plan o decía que pasaría por mí. Estaba actuando raro.
- Oye –le paso la voz a Ro- ¿puedo pasar la tarde contigo?
- Normal –me sonríe mientras saluda a una de las chicas del comedor, es putamente popular- pero vamos por unas cervezas ¿ok?
- Me vendrían bien