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Cuando me mude pedí que el lugar quedara frente a un parque y si era posible que tuviera árboles de manzana, un capricho infantil. Cuando vi el edificio sabía que era perfecto, la ventana recibe toda la luz y con las enredaderas parece un pequeño bosque encantado, las flores que he cuidado han florecido con gracia. Cuando abrí los ojos fue lo primero que vi, pero jamás imagine que tener a Jack en la casa completaría mi bosque, o quizás lo volvería un paraíso.
No se ha dado cuenta que ya estoy despierto. Está intentado hacer el desayuno, pero el aceite acaba de saltar a su abdomen, su cuerpo es delicado, demasiado para un hombre. Es lindo, siempre lo he pensado. Todo pudo seguir siendo parte de mi paraíso, pero tuve que verlo entrar por la terraza, la luz del sol fue cubierto por unas inmensas alas.
- ¡Te he estado buscando todo el maldito día! -odio las voces como la de él… lo odio a él.