Sus ojos
Ella nunca se había arrepentido de su decisión, aunque fuera la única de su raza con esta condición.
– ¡Zoe ven!
Al escuchar su nombre fue muy deprisa para ver que sucedía.
– ¿Qué sucede Jannette? – pregunto inquieta
– Quiero que toques esto, es un pequeño detalle.
– Veamos… – dijo mientras pasaba su mano sobre una tela que se encontraba en la mesa – ¡oh! ¿es un manto?
– Sí, y es para ti – dijo Jannette alegremente
Se lo coloco y como muchas veces ya había sucedió, la ropa se acoplo perfectamente a ella y había tomado un resplandor mágico. Jannette sonreía satisfecha.
– Sé que me queda hermoso, gracias Jannette – dijo, siempre le gustaba los detalles que tenía con ella.