Las puerta se abrieron y todos los presentes observaron la entrada de 3 guardias de «El Jardín Rojo». Eran inconfundibles, eran muy diferentes a los bethas usuales que uno puede encontrar a las afueras del reino. Además, llevaban la ropa de combate, detrás de ellos venía el «Rey» de los bethas. Aquel que lleva un título sin poder en el mundo real, pero con grandes influencias en el submundo.
- Padre -Az estaba acomodado en el sillón y dejaba ver gran parte de su muslo, tenía calor- te presento a mi sirviente principal, el líder de El Jardín Rojo, Nek.
El aroma se había esparcido por todo el salón, ya era incontrolable, por más ventanas o paredes que rumbaran el celo de el príncipe omega era evidente.
- Cierra ese piernas -gruñía Adair- ¡Perra!
- Es inevitable… -Ahora Mika hacía el ademan de cubrirse el rostro- su aroma ya se espació por todo el lugar, era lo que buscaba.
- Calma, ahora.. -su padre no se veía afectado- todos debe colocarse las máscaras…
Pero era demasiado tarde, los sirvientes y guardias ya no podían controlarse. Algunos comenzaron a mostrarnos los colmillos y temblaban ante el aroma del omega. Los más capacitados lograron colocarse las máscaras y no mostrar su deprimente rostro, la de un perro hambriento. Los menos afortunados comenzaban a caer en sus bajos instintos, justo lo que estaba esperando Nek. Era el momento de mostrar la gran debilidad de los Alphas.
- Es momento de domesticar a los perros, mi príncipe -Nek le susurraba al oído.
Uno de los sirvientes acaba de tirar las copas del brindis causando un gran escándalo. Ya había perdido la razón, con ojos dilatados y colmillos sobresaliente fue directamente al sillón de Az, Desde su posición podía morder su cuello sin problema.
- Lo siento, señor -Burz lo tenía sujeto del cuello para estrellarlo contra el piso. Perdió la conciencia de inmediato- Realmente lo siento.
Los que mantenían la cordura se sorprendieron con la velocidad y fuerza del minúsculo betha. Aquella criatura había atravesado todo el salón y dejado inconsciente a un alpha que doblaba su peso. Ahora era el turno de Zaf, quien intercambio miradas con Kan y señalaba a dos guardias de la puerta, para llegar a ellos debía atravesar a dos más.
Kan corrió e inmovilizo a los dos primeros con certeros golpes en la nuca, los otros guardias fueron tras él, pero era imposible. Se movilizaba con rapidez. Al llegar a la puerta golpeo al guardia de la izquierda en el estomago, y al otro lo acorralo contra la puerta para arrancarle la máscara. El guardia se había destrozado el labio para no internar morder al príncipe. Kan golpeo su cabeza contra la puerta de madera, pero no perdía la conciencia, tuvieron que ser necesario 3 golpes y manchas de sangres para que el guardia perdiera el conocimiento.
- ¡Amarra a tus perros! -le reto Axa a AZ- ¿Qué se han creído tus sirvientes? ¡Deben aprender su lugar!
Axa había sacado su fuete. Zaf observo a Burz y Kan, les «dijo» que no se movieran. Nadie puede tocar a un príncipe, así fuera a lastimar al suyo.
- Eres igual que tu madre, una ramera que busca el caos -empujo a los guardias de Az y fue contra él- debiste morir como tu madre…
Sus ojos no solo mostraban el gran odio que guardaba a su hermano, sino también las ganas de poseerlo. Su padre también pudo notarlo.
- Príncipe Axa le debo pedir que no se acerque más a mi príncipe -Nek se había colocado entra Axa y Az
- ¡Lárgate! -lo tenía sujeto del cuello- recuerda tu lugar, betha. Axa había levanto el fuete para golpear directamente el rostro de Nek
- Es al lado de mi príncipe -sonriendo
Los otros 3 bethas del lugar sonrieron. Nadie podría permanecer de pie. Era la caída de los alphas. Primero fueron los sirvientes que se desmayaron y los guardias comenzaron a vomitar. Los 3 príncipes quedaron paralizados y Axa había soltado el fuete. Solo una persona además de los bethas sonreía con malicia, el Rey.
- Ya veo porque lo seleccionaste como tu guardia personas -se había acercado para tomar el bello cabello de su hijo- estoy cansado e imagino que todos también. Me agrado todo este espectáculo, pero es momento de que limpien la basura. Todo aquel alpha que se encuentra inconsciente ya no es necesario que trabaje acá, no admitimos debilidad. En cuento a ti, mi hijo, pide a tu escolta que se relaje que tú debes ir a los baños. Supongo que debo pedir desocupar todo el ala sur.
Nek disipo su aroma e hizo una reverencia ante el Rey. Los otros alphas fueron reaccionando y acataron las ordenes. El Rey se detuvo a su lado, y mientras esperaba que Burz levantara a Az y lo llevara a sus aposentes…
- una vez acomodes a mi hijo debes venir a mi oficina, ¿entendido?
- Sí, Rey.