Mientras almorzaba en la oficina, mi celular vibró. Algo bastante inusual porque nadie me escribe durante el día. Vi que era un correo y no lo hubiera abierto pensando en lo que agobiante que me resulta el spam de movistar, pero el remitente era PESOPLUMA.
Editorial que en más de una ocasión me he confesado su fan. No solo su contenido es exquisito, sus acabados, el papel, el diseño, tipografía empleada; todo es bello.
Volviendo el correo, PESOPLUMA me dio el honor de acompañar a Giacomo en su presentación en la ANTIFIL con su bebé en brazos, Ámok. El libro que les quiero recomendar en esta ocasión es ese, justamente.
Del libro:
Lo que lees en la contratapa es solo la punta del drama de “X”, un joven aburrido y estoico que posee el beneficio/desgracia de olvidar fragmentos de sucesos; en cristiano, el tipo tiene lagunas mentales como consecuencia de los traumas de su núcleo familiar.
La historia inicia con desorden y sabor a vacío, algo que continúa durante todo el libro porque “X” es quien cuenta, relata y “recuerda” todo. Su vida puede parecer un caos desde el momento que te enteras de la tóxica y absurda relación que mantiene con Nía, su novia. Una relación que inicia con infidelidades, pero se “establece” con la convivencia. Sin embargo, qué de bueno se puede conseguir de dos personas con familia ausente. Nía y “X” más que amor comparten necesidad de estabilidad, escasez de afecto y sensibilidad frente a las necesidades del otro.
Un dato interesante es las conversaciones que llevan sabor a resentimiento. “X” se siente inseguro frente a las infidelidades de Nía, pero ella también le da un sabor extraño: ¿Por qué dices eso? ¿Qué no hablas? Desde las primeras hojas sentirás parte de los primeros enigmas.
A la par:
“X” tiene una vida tranquila y casi aburrida hasta que los Ámok, una secta, ha tomado el control de la noche con sus acciones y asesinatos (¿?). La policía ha comenzado una investigación muy incauta y los medios han comenzado a requerir resultados. “X” y Nía se divierten haciendo teorías sobre él o ellos, sus acciones y motivos, sin saber lo que se les viene.
En el frío:
“X” tendrá que vivir en medio de la marginación con Marta –una mujer exuberante y que por más vestida que esté, siempre la sentirás desnuda–, con Perales, un imbécil mucho huevo poco caso y con Óscar, un tipo extraño y peligroso. Los Ámok ¿quiénes son?, ¿qué hacen?, ¿por qué?, ¿X que pinta aquí?
Experiencia:
Giacomo no te bombardea con información ni con explicaciones, el sabor a duda y ansiedad está al final de cada hoja. Con personajes desesperantes como Óscar y Perales, mujeres tan seductoras y fuertes como Marta, o enigmáticas como Nía, termina ahogándote en el mar de la vida y mundo de “X” donde debes sumergirte si es que deseas saber la verdad.
Ámok es un juego entre el lector y “X”, donde Giacomo y sus letras ya han decidido los caminos.