Juan Carlos nos trae 149 hojas cargadas de y humedecidas en deseo. Un deseo que todos llevamos y no lo vestimos a diario con orgullo y decisión porque la sociedad no está lista para aceptar tamaño placer. ¡Malditos aburridos!
Son 9 cuentos que te permiten tener una visión homoerótica. Es obvio, ¿no?, eso traen los cuentos, pero no lo es todo. Aquí se puede sentir (lo sientes en la lectura) y escuchar (la voz de los personajes) una crítica a la sociedad, ese juego de manos con la religión, el coqueteo intenso entre una persona mayor y otra menor, esa relación insana con la familia. La complicidad y el cuidado son dos hechos maravillosos en todos los cuentos.
Algo delicioso que logra el autor es sacar a los personajes y darle relieve, humor, personalidad, colocarlos en la sociedad y enfrentarlos a ella, y ellos a mismos. El un libro riquísimo para leer y perderte un poco en ellos, y quizás, si te apetece, compartir sus deseos.
Cuentos
Ya saben, solo hablaré de algunos para que ustedes piquen el anzuelo.
Darío detrás de la puerta
Un limpiador de hostal, quien estaba acostumbrado a ver parejas heterosexuales y homosexuales ingresar a los cuartos, sabía ver con otros ojos sus acciones y «desechos de amor». Pero el arte estaba en la recreación de los deseos que se liberaban dentro de la habitación y también en sus preocupaciones que, como padre, sentía por su hijo. Ese hijo que vestía apretado, que salía hasta tarde, que tenía amigos, del cual no quería preguntar más.
Comentario:
Este cuento es el mejor inicio para el libro; sin ser sucio, sin ser vulgar, te da una mirada paternal, curiosa, deseosa, que sentía el padre por, quién sabe, su hijo o por su propio deseo.
Ocho metros
Él ya está descanso y su mejor recuerdo habrá sido verlo a su lado en todo momento. Pero los muertos no saben todo lo que sucede luego. La familia de él está decidida a tenerlo devuelta, frío o no frío lleva su apellido y lo quieren a su lado. Un joven «viudo» tendrá que luchar contra la familia y las leyes para poder cumplir el último deseo de su pareja. ¿Quién ganará?
Comentario:
Este cuento toca dos puntos importantes; uno envuelve al otro. “En la salud y en la enfermedad”, solemos pensar que la peor enfermedad sexual sería el SIDA, pero quizás este cuento te da la oportunidad de pensar, la peor enfermedad sería que te olviden por tu «desvío».
Este olvido viene de un “no te acepto” por parte de la familia del personaje, pero, descuida, poco vale ese olvido a la hora que estás muerto, frío y enterrado. Poco valen las palabras, así sean firmadas en un papel, que quizás dejaste en vida. Poco importa tu deseo, poco importa lo que quisiste. ¿Sabes por qué importa tan poco? Porque mientras la sociedad no te reconoce como un ser, vales menos que el árbol del parque.
Animales peligrosos
Dos curas han sido asesinados frente al mar, ¿un ajuste de cuentas? ¿le robaron? ¿qué hacían en ese lugar a esa hora?, estás preguntas solo podrán ser respondidas por dos personas totalmente diferentes. Él está nervioso, no sabe qué ha sucedido, pero tiene sus sospechas; ella necesita contarlo, no por el perdón de Dios, simplemente porque existen cosas que no se pueden callar, alguien más debe cargar con este pecado.
Dos curas han sido asesinados frente al mar y una mujer está limpiando el departamento donde se encontraron por última vez ambos curas. Comida, alcohol y el típico olor se encuentra en todo lugar. Ella intenta no juzgar, pero le gana más su morbo.
Comentario:
Sin palabras. Me encanto hasta el último punto de mi piel. Este cuento ha sido basado en un hecho real, busquen y encontraran.
Autor:
Juan Carlos Cortázar (lima, 1964). Estudió sociología y políticas públicas. Hizo la carrera de escritura narrativa en Casa de Letras, Buenos Aires. Ha publicado la novela corta Tantos angelitos (Ediciones Deldragón, 2012), la novela Cuando los hijos duermen (Animal de invierno, 2016) y los libros de cuentos Animales peligrosos (Milena Caserola, 2014) y La embriaguez de Noé (Luna de Sangre, 2016). Su cuento Era el pistaco fue incluido en la Antología Cuento Digital Itaú 2013. La novela inédita El habitante fue finalista en el concurso de narrativa Eugenio Cambaceres 2012, organizado por la Biblioteca Nacional de Argentina, Actualmente vive en Santiago de Chile.
Contratapa:
¿Cuántas formas de expresar el deseo homoerótico existen y cuántas de censurarlos? En los cuentos de El inmenso desvío asistimos a ceremonias del amor que se pueden resolver de las maneras más inesperadas, incluso con la muerte. Siempre hay un apetito transgresor que nace en los personajes: un hombre de cincuenta atemoriza a su joven enamorado con un deseo inesperado: hacerse prostituto; una escultura de San Sebastián puede despertar la pasión de su restaurador; el terror que causa un pistaco –consumidor de grasa humana- en el tierno rostro de una novicia puede disparar el hoce sensual de la madre superiora que la cuida. Y es que Juan Carlos Cortázar plantea aquí juegos extremos reales, humanos y valientes. Son travesías hacia nuevos territorios, mapas de un inmenso desvío al que accedemos con suma curiosidad.
“Los relatos de Juan Carlos Cortázar transmiten una misma pulsión: la del deseo que determina las acciones de los personajes y su destino; la del cuerpo como soporte de unas identidades en conflicto. Las suyas son siempre vidas al límite, seres que salen de la norma y que buscan un lugar propio, singular, auténtico. Y en esa búsqueda desarrollan, poco a poco, el arte de ocultar”, Alejandro Costamagna
“La santidad nunca tuvo tanta carne, tantos fluidos y prosodia como en los cuentos de El inmenso desvío. Cortázar arma una hagiografía erótica personalísima, un sincretismo marica, donde las flechas del mártir aventajado y apuesto se leen siempre con la ironía y elusión moral que les exige Bloom a los cuentistas más diestros”, Luis López-Aliaga