Axa había salido al jardín, comenzaba a entender porqué su padre siempre estaba ocupado. Las cosas del reino jamás acababan. Un olor peculiar pudo sentir, era su hermano, estaba cerca. Quizás a unos metros. Sus guardias personales le habían dicho que la mayoría de los guardias bethas se encontraban fuera y eso le permitía verlo sin molestias. Lo vio, estaba en la piscina, despreocupado, flotando cerca al borde.
- ¿Tu celo está por venir? -estaba a un metro y sabía que lo escucharía
- ¡Hermano! ¡Qué honor verte! -sonreía despreocupado- ¿Necesita algo? ¿Quizás un consejo sobre el reino o, quizás, mi cuerpo?
Dejo de flotar y se apoyo en el borde de la piscina, dejando ver sus brazos y clavícula, su nuca sin mordida y el largo cabello que cubría algunas partes de sus hombros. Az se había vuelto un descarado desde que tenía guardias personales, pero jamás había provocado de esa forma a uno de sus hermanos. Debía ser su celo lo que lo hacía hablar.
- Veo que no aprender tu lugar -se acerco para tomar el brazo de su hermano- te sientes muy seguro porque ahora tienes guardias, pero no están aquí. Estás solo
- No -su hermano no había llegado a tocarlo, se detuvo en el aire- eso es lo que tú crees.
- Pero ¿qué mierda sucede? -algo ejercía presión sobre su mano, no podía moverla.
Observo los alrededores. Algo brillaba, unos finos hilos lo rodeaban y habían sujetado su brazo, mientras más forcejeaba más se ajustaban. No podía mover el otro brazo o terminaría de la misma forma, intento levantarse, pero sintió el roce de un hilo en su cuello. Estaba por pedir una explicación a Az, pero sintió que todos los hilos se balancearon sutilmente a la izquierda, miro en la dirección y vio como un betha caminaba sobre el agua, sin siquiera hundirse.