La primera llego sin ser esperada, las siguientes no fueron recibidas. Día a día las cartas de presentación incrementaban.
Nek las leía e iba seleccionado uno a uno la nueva guardia para su príncipe. Estos caballeros debían tener gran control, fuerza, inteligencia, y una lealtad excepcional al jardín y a su líder. Los que no cumplían con el perfil eran automáticamente rechazados. Algo que nadie sabía era que Nek investigaba las preferencias de cada uno de ellos, no podía equivocarse.
- Nek -lo saludaba. El príncipe tenía la costumbre de entrar a su habitación- mi padre ya anunció su regreso…
- Eso es perfecto -no mentía. Se levanto para invitar al príncipe a salir- príncipe, ya hemos hablado que las visitas a mi habitación están prohibidas… pueden surgir rumores.
- ¿Ya tienes todo listo? -el príncipe solía cambiar de tema con mucha facilidad- quiero saber quién será mi escolta.
- Tengo seleccionada su escolta y su harem…
- No busques un harem -ahora se había sentado al borde de la cama. La habitación de Nek era bastante sencilla, era una habitación de sirviente, muy diferente a su habitación en El Jardín Rojo.
- Hablemos de la escolta -no quería perder el tiempo con discusiones con Az- primero está Burz, es nuestro betha más joven, tiene 15 años, pero su apariencia es muy inusual. Será el más fuerte de la escolta.
- ¿Por qué mencionas su apariencia? -Az había comenzado a moverse inquieto en la cama, Nek sabía que intentaba impregnar su olor.
- Es enfermizo y bastante tímido o inseguro. Este es su primer trabajo como miembro de El Jardín, su padre me lo ha pedido personalmente. Luego está Zaf, él es sordo y mudo, pero será la mente de todos y su sensibilidad será de mucha utilidad aquí. Ha sido difícil encontrarlo libre y más que él mismo se interesara en esto…
- No sabía que existieran bethas con discapacidades…
- Él es un caso especial. Siguiente, Kan ha sido… -dudo en decirlo, era lo mejor- tiene un pasado bastante oscuro. Solo le pediré que no se quede a solas con él. Su lealtad es indudable, pero jamás se sabe.
- ¿Esa es mi escolta? -Az no podía creer- No sé cómo tomarlo, tengo a un enfermizo, un discapacitado, y un matón, ¿estás seguro que me quieres bien?
- Descuide, mi príncipe. Jamás me equivoco en una decisión… además, siempre voy a estar a su lado -como era evidente que el príncipe pensaba quedarse, debía sacarlo de una manera poco agradable- ahora vamos hablar de su harem…
- Ahórrate tus comentarios -se levanto rápidamente- vamos a mi alcoba, quiero que elijar mi ropa para ese día, y quiero que busques al mejor estilista, mi cabello largo se ha vuelto molesto.
- Entendido…