Con esta novela Isabel Allende nos permite conocer el final de las aventuras del Águila y Jaguar. Desde el inicio esta trilogía fue un grito a los jóvenes, fue el inicio del mundo de fantasía y aventuras que Allende nos tenía guardado.
En cada libro trato de enviar un mensaje claro, con La Ciudad de las Bestias nos recordaba lo importante que es la conservación y desarrollo de la naturaleza y pobladores; en El Reino del Dragón de Oro, nos hablaba del equilibro y respeto por las culturas milenarias; pero en esta ocasión El Bosque de los Pigmeos… nos lleva a África.
Opinión
Esta vez sentí a una Allende más madura, más arraigada, y más rica. Las dos anteriores entregas fueron fascinantes, pero esta… tenía un sabor amargo como el chocolate puro. Creo que es una excelente trilogía la que nos da, además de contener aventura y fantasía ella ve la manera de tocar temas tan importantes en la actualidad y hacernos reflexionar de lo injusto y egoísta que hemos sido.
La Historia
Kate ha sido contratada para otra gran historia –viviremos un Safari- y no puede dejar de lado a sus dos jóvenes aventureros; Águila y Jaguar deberán mostrar su fuerza y valor una vez más. Como siempre –o costumbre- tendrán muchos problemas a lo largo de la historia.
Un grupo de pigmeos esclavizados harán vibrar al lector. La trama gira entorno a la esclavitud del pueblo Akka y los bantú, quienes viven de diferente forma bajo el poder del “Monstruo de 3 cabezas” que un adivino le hará conocer desde casi el inicio de Jaguar. En esta ocasión Alexander y Nadia levantan su espíritu y luchan contra África y sus depredadores, y como era de esperar la magia que llevan dentro les permitirá demostrar toda su fuerza y destruir cualquier obstáculo, incluso deberán arriesgar su vida más de una vez.
Nadie es capaz -o posee el valor- de entrar a un lugar donde los hombres desaparecen y existen continuas guerras de poder. Además, la gente guarda un gran respeto o miedo por la selva que siempre guarda secretos y estos solo serán revelados a los corazones de personas honestas, es por eso que Nadia y Alexander podrán ver espíritus y acatar su pedido. Esta vez nuestros amados personajes principales ya no son unos niños, y ahora junto a sus cambios vendrán nuevas amenazas.
Secuestros, opresión, verdadera fortaleza, esclavitud, envidia, intriga, pasado, ancestros, miedo, dolor, romance, fe, son algunas de las cosas que uno puede llegar a sentir al leer esta historia.
Transmite
Allende nuevamente quiere reflejar una realidad que muchos países deben enfrentar en la actualidad, las guerras internas y la opresión, incluso la esclavitud. Se puede sentir la opresión y la lucha desesperada por la libertad y conservación de tradiciones.
Como en las dos anteriores precuelas, esta historia debe leerse con mente sensata y paz para comprender los valores y sentimientos del autor junto a sus personajes.
Contratapa
Nadia y Alexander viajan al corazón de África con su abuela Kate, a quien han encargado un gran reportaje. Su encuentro con el hermano Fernando, un misionero que está buscando a dos compañeros desaparecidos, marca el comienzo de este nuevo destino: la selva tropical africana, donde la caza clandestina del elefante y otros animales salvajes arrastra a mercenarios sin escrúpulos. Los malvados son ahora los jefes de la Hermandad del Leopardo: el comandante Mbembelé, el brujo Sombe y el rey Kosongo, que ha esclavizado a la tribu de pigmeos.
Los protagonistas, empujados por la curiosidad primero y la solidaridad después, lograrán sortear mil y un peligros gracias a sus poderes: Nadia, de hacerse invisible y hablar con los animales; Alexander, de transformarse en jaguar, y ambos de poder comunicarse con los espíritus. Entrarán en contacto con la cultura de los pigmeos, a los que, con la ayuda del espíritu de la reina Nana-Asante, lograrán liberar de la esclavitud. La paz entre los pigmeos y las otras tribus será posible a partir de ahora.
Con el Bosque de los Pigmeos, Isabel Allende ciera la trilogía “Memorias del Águila y el Jaguar”, iniciada con La Ciudad de las Bestias.